
La sangre ruge sobre el mural de horror en grises con el pincel que la memoria clamó olvidada. Las bombas caen como un cincel tajando el lienzo pintando en él nuestras miserias, nuestras desgracias. Y le extendí mis brazos para caer sobre él, vi en mis manos arder el tiempo que se desangra en su llanto. Sé testigo de mi muerte, sé mi suerte onírica y real. Sé destino del camino, sé el sentido, el rumbo a recordar. En la agonía del ideal, el sufrimiento buscó el por qué, mientras la guerra lo desangraba. Y en trazos largos volvió a nacer con la denuncia a este mundo cruel; "Un alegato a la esperanza". Y le extendí mis brazos para caer sobre él, vi en mis manos arder el tiempo q se desangra en su llanto. Jamás podes ver caer a un hermano e ignorar que esa es tu propia derrota.


[Este tema me pone la piel de gallina.]
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