Heredera de un imperio en el que jamás se ponía el Sol, bellísima, inteligente y bien dotada para la música, Juana de Aragón y Castilla, segunda hija de los reyes católicos de España, pasó a la historia con el impiadoso apelativo de "Juana la Loca". Se lo ganó después de actos tan desmesurados como velar por espacio de 19 años el cadáver de su marido. Para los historiadores, el de ella no era un desequilibrio cualquiera: tuvo origen en un gran amor que ciertas circunstancias transformaron en locura.

Hija de los reyes católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los que dieron a España la unificación total: unidad religiosa, unidad territorial y política.

Para estar loco, hay que ser muy inteligente

(mi Coeficiente intelectual es bastante alto)



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