Que me han visto arañar banquetas con mis tacones de aguja. Que no salgo del bar que vivo entre burbujas, que me sangra la nariz, que la bulimia hoy es mi gerente, que ya no existe barniz para mi blanco, casi transparente, que me inyecto la soledad, y le echo polvo a la rutina, éxtasis de felicidad, y colirio a las retinas. Dijeron que ando por ahí, luciendo marcas en mis antebrazos,Que nadie quiere ya saber de mi, y las pasarelas no han visto mis pasos. Que la autoestima se me fue a París, y la debacle se mudó a mi casa. Ayer en un sueño vi, que en el andén del tren del purgatorio, preguntan quien quiere alquilarse un dormitorio en el vagón de la clase ejecutiva. Donde Dios, el diablo y sus mortajas juegan los dos, tu futuro a las barajas. Si te acuerdas de mi, soy la misma, la que te adoraba. Si te acuerdas de ti, no cuelgues esta llamada, entérate que sigo aquí, congelándome en el tiempo, esperando a que digas sí, para ir hasta tu encuentro.

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