
En la oración que nadie nos leyó,
descansa el tiempo sin final
en retazos de recuerdos sin color.
Y aun hoy nadie escribió las voces pasadas, de aquellas mañanas que el sentido nos arrancó.
Y el sol secó la angustia que gritó,
la lluvia amarga en la mañana... sin vos.
Y el mar se ahogó sin ver salir el sol,
sin abrazarlo, sin contarle lo que hice hoy.
Solo pudo extrañar su calor.
Y acá me ves temiendo ser quién soy, deseando que hayas visto al hombre que no puedo ser sin vos.
Si mi amor sin condición pensó que alcanzaba... ¿Por qué esa mañana todo lo que era se derrumbó?
En las mañanas que soy hijo y vos sos vos, te extraño tanto hoy, suelo soñar y recordar al chico que creció y perdió su sol.
¡Sos vos, la luz y el calor,
que brilla y quema en lo que soy!
Y el sol secó la angustia que gritó,
cuan enojado y asustado sigo sin vos.
Mi fe murió en todo lo que soy,
quiero abrazarte y contarte lo que hice hoy
y sentir de nuevo tu calor.
[Unica foto de mi papá con mi abuelo Benjamín antes de fallecer]
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