De nuevo culparás a tu conciencia y jurarás que tienes la respuesta. Pero esta vez, las marcas te condenan, la ley es lenta pero siempre llega. Y ve, a pesar de toda su ceguera, no creas que esta vez, perdonará. Te acuso de robarme la esperanza, de continuar fingiendo que me amabas, de haberme disparado, por la espalda. Seré culpable, yo, de encubrimiento. Por no ponerle fin a tu veneno. Recuerda, ojo por ojo es el refrán; A tu olvido, más olvido.
Hasta el mar llegó éste río, sentirás lo que he sentido; cuerpo y alma, fuego, frío. Golpes más o golpes menos. Hasta aquí llegó el camino. Vivirás, como he vivido siempre al borde del abismo.
Te acuso de quitarme la palabra, de darme libertad condicionada sabiendo que vacía me dejabas. No pensarás que aún, ni derrotada seré tu niña tonta, programada.

A tu ovido, más olvido...


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